EL AMANTE, de Jean Jacques Annaud-1992: Primero fueron unas inocentes caricias, cada avance de la quinceañera arrecha era motivo de inhibiciòn por parte del aguantado ficho treintañero del sol naciente. Ella querìa acariciarlo y el respondìa "Chinito no quelè". Pero una tarde , ojitos de ranura de alcancìa açeptò besos , abrazos, caricias, una chupadita y le propuso ir a un telo. En la pequeña habitaciòn , la chiquilla sintiò intensos ardores , èl fue su primer machucante. El oriental llevaba màs de una hora encima de ella, se movìa lentamente, la francesita ya habìa experimentado veinte mil orgasmos, estaba cansada y le pidiò que terminarà de una vez, èl sonriò y moviò la cabeza - de arriba - negativamente al tiempo que susurraba cachosamente: "Chinito no quelè". (Eduardo Gutièrrez).
DOÑA FLOR Y SUS DOS MARIDOS, de Bruno Barreto- 1976: Entre vudù y sudores, la riquisìma y elèctrica Sonia Braga (foto izquierda), se aferra al espirìtu - y al pedazo - de su primer marido (Josè Winkler) en un tòrrido cruce de piernas nada espiritual. Durante un momento Vadinho desaparece y la ardiente Doña nos presenta su mejor cara de insatisfacciòn ( !quièn no quisiera subir a consolarla en ese momento!) . Felizmente el fantasma seductor no levanta vuelo y sigue tiràndose a la morena, porque ni el segundo marido ni media docena de zambos aguantados hubieran sido capaces de apagar tal fuego. (Miguel Mejìa)
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ERASE UNA VEZ EN AMÈRICA, de Sergio Leone-1984: Elizabeth Mac Govern (foto izquierda),se la buscò, tenìa carretaza a Robert De Niro desde que, siendo chibolo, se le apareciò calatita en el salòn de baile, despuès , ya de grandecita , le aceptò una cena màs ficha que las que sirven en ese restaurante para billetonazos que se llama Villanova y luego, reciènn, con la barriga llena, le dice que se va a quitar con otro mientras paseaban en limousine alquilada. Semejante calentadora.. Pero Robert , sin un pelo de cojudo, le gritò "A mì no te me hagas la estrecha" y se la cepillò a la fuerza en el asiento trasero. El chofer, que se ganò con todo por el espejo retrovisor, detuvo el carro, aunque realmente no lo hizo - como afirmò- por sentirse ofendido de la violaciòn, sino para irse corriendo al baño màs cercano... y no precisamente a orinar. (Sergio Burnstein).
EL GATO FRITZ; de Ralph Bashki-1972: Entre humos sensibilizantes y nieblas pùrpuras, Fritz el felino setentista al fin y al cabo, paseaba obseso su obsesiòn por el rabo. Fue objeto de captura ante el oscuro embrujo de una putifarra color pizarra que prometìa el quinto cielo. Lo hicieron en un bus abandonado, ideal escenario para todos los abandonos: frenètico, chacachaca de ascensos sublimes y declives cavernarios. En la cresta del consumo carnal hipocardìaco, ese menino devino en tigre de Bengala mientras que la diosa de èbano soportaba el flagelo de tabazos, zarpazos y caricias contravenidas. Confirmado : entre drogos sì hay mordidas, màxime cuando de eros-siones se trata. (Julio Hevia).
OBSESIÒN, de Louis Malle-1992: Jeremy Irons no era tan càido del palto como parecìa y Juliette Binoche, con esa cara de mosquita muerta , era tremenda jugadora-pendeja-tramposa. El chibolo venado recièn se dio cuenta que su viejo se habìa ganado con su costilla cuando llegò al hotel. Despuès de ganarse se cayò del cuarto piso rompièndose la mitra. Por màs que el tìo Irons lo auxiliò, despuès llorò y pataleò como un impotente, pero ya no se podìa hacer nada: se habìa quedado sin hijo. Su epitafio fue: "No debo entrar a un cuarto sin tocar la puerta". (Gabriel Quispe).
EL PIANO, de Jane Campion-1993: El fisgòn de Sam Neil aguaita tràs un hueco, mientras adentro el gorilòn Keitel calatea a su esposa. A Sam le crecen los cuernos a su vez que el mestizo, que de huevòn sòlo tenìa la cara , "serrucha" a la mujer al ritmo de "uno, dos , tres.. que paso màs chèvere...", para rematar la feroz atravesada con un gemido ancestral que le sale desde lo màs profundo de los genes: "aaah.. uh" mismo Pèrez Prado al final de un mambo. (Carlos Castro).
YO TE AMO, YO TAMPOCO, de Serge Gainsbourg-1969: Joe Dallesandro es un basurero que se siente atraìdo por Jane Birkin ; el problema es que èl es un "gay" activo y a su pareja, el lloròn Padovàn, no le hace ni pizca de gracia el asunto. Claro que Jane es totalmente plana, usa pelo corto y parece màs un pata que una hembrichi.. Otro inconveniente es que, acostumbrado a practicar el sexo en una pose irregular, Joe no logra encajàrsela a Jane por el agujero usual, por lo que, una vez en el hostal de ley, le pide que se de una volteadita ... Lo peor es que ella no està acostumbrada a estas pràcticas por - la - retaguardia y arma un griterio tal que los terminan botando del hostal. Ya pues compare, hay que usar vaselina; aprende de Eusebio Poncela en La Ley del Deseo. Y tù , Jane ¿cuànto tiempo estuviste sin poder sentarte?. (Sergio Burnstein).
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