"300 - El nacimiento de un imperio" . EL LADO “B”
De seguro nuestros seguidores de mayor kilometraje (base 4, 5 ó 6) recordarán
los viejos discos de vinilo, en
particular aquellos de 45´(los más pequeños) que contenían en su LADO A, la canción de moda, el tema
sensación del mes. Por el contrario, en el LADO B se tenía la canción
relleno, una sin mayor proyección, pero que era necesaria a efectos de no
presentar un producto incompleto al
consumidor de turno.
Lo que tenemos aquí es una historia paralela, con
toques de precuela y muchas licencias.
Un relato de hechos simultáneos a la campaña de Leónidas, centrados en los combates marítimos entre las fuerzas del
imperio persa, comandadas por la implacable Artemisia (Eva Green) y la Alianza griega,
con Temístocles (Sullivan Stapleton) como su líder.
Siendo justos, el inicio de la cinta es un tanto
atrayente, así como también dinámica en su propuesta: La caída de Darío, la congoja y posterior transformación divina de Jerjes, el trágico origen de Artemisia. Cada uno de estos eventos,
ilustrados claro está, con su respectivo y contundente flashback. No obstante, todo quedó en eso… un destello de ingenio
e lucidez, un mezquino sample de lo
que pudo ser…
Lo que los grandes estudios americanos se resisten a
comprender (o aceptar), es que por más efectos rimbombantes de audio y video
(3D y 4D incluido) que se puedan incluir en una cinta, si el GUIÓN de la misma
no es competente, si la trama en sí es plana y/o predecible en su ejecución, su
valor artístico será nulo. Pero bueno, un poco ingenua también mi apreciación,
tomando en cuenta las características mercantiles
de esta industria audiovisual.
Queda claro que Snyder
y Legendary Pictures, están
siguiendo la misma estrategia de sagas como “El Hobbit”, “Harry Potter” o
incluso “El Valor de la Verdad”
(versión Tilsa y Roberto Martínez) buscando así extender la trama al máximo posible. Simples matemáticas… a más secuelas, mas GANANCIA. Demos un breve vistazo al elenco, puntualmente, a los
dos contendientes de turno: Temístocles y Artemisia.
Temístocles… en el papel, un mítico general, verdugo del gran
Darío y líder de la resistencia griega. No obstante, la interpretación sosa y
poco inspirada de Stapleton hizo literalmente naufragar al personaje, haciéndolo prescindible y olvidable. En
concreto, la cabeza cercenada de
Leónidas mostro mucho más carisma y personalidad en escena, que la exhibida
por este insulso reemplazo
irlandés.
Artemisia (Green) por otro lado, es tal vez lo único
rescatable de esta entrega. Un personaje implacable y estratégico, una
antagonista de carácter manipulador, aunque vulnerable a sentimientos de corte
más humano. Expresamente, al estrecho
(aunque enfermizo) vínculo que esta logra forjar con Temístocles, tras un breve pero apasionado encuentro. Es claro aquí que la antagonista ejerce una fuerte
influencia sobre el buen Temístocles,
sembrándole dudas, volviéndolo por momentos taciturno e incapaz… una especie de
“Cosito”, versión griega.
Y bueno,
no podía dejar de mencionar el plato
fuerte de esta entrega: “The
Inmortals” (Los inmortales), ahora en su nueva y repotenciada versión, al
mejor estilo de la cinta “Depredador”,
medio metro más altos, acorazados, greñas incluidas y con su correspondiente
gruñido altisonante. ¡En serio!, por un momento estuve esperando un cameo de
Schwarzenegger.
En definitiva, Snyder
quedó en deuda. Más le vale retomar su rol de director si pretende que el
cierre de esta trilogía (¿?) tenga algo de decoroso y un tanto menos de
efectista (aunque después de “Suckerpunch”, cualquier cosa es posible ya). Bueno, es todo respecto a esta cinta. En definitiva… PERDIBLE.
¡Vean cine! (pero BUEN cine)
El Diego.
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