martes, 30 de septiembre de 2014

El Cine de Terror Puneño



Por: Oscar Catacora (Director puneño)
EL CINE DE TERROR PUNEÑO.
Los puneños somos de carácter quebrantable. Y los que no se consideran puneños (si los hubiere), ésos son aún peor. La población de Puno está surtida por dos culturas legendarias que se desarrollaron cada quien de acuerdo a sus costumbres y creencias. En la actualidad, entre los presuntuosos quechuistas y los toscos aymaristas, al hablar de mitos y leyendas en el altiplano, todo es válido. Esto se debe a que ambas culturas han sido marcadas por la violencia, y es natural que compartan algunos temores.
Repasar la filmografía del cine de terror puneño es pasear por una larga lista de intentos expuestos. Sin embargo, justo es reconocer la película de Henry Vallejo “El Misterio del Kharisiri”, como una de las producciones del género mejor logradas hasta la fecha. ¿Y qué es del resto de las películas que han sido realizadas con la intensión de arrancar un susto al espectador? La constante siempre ha sido la misma, ni un gramo de susto. Según Howard Philip, autor de novelas y relatos de terror y ciencia ficción. "La emoción más antigua y más intensa de la humanidad es el miedo…". Sin que nos atrevamos a tanto, a continuación que cada uno saque sus conclusiones.

2001 - "Condenado de amor" de Ramiro Díaz Tupa (Puno)
Primera película de terror realizada en Juliaca, basada en un cuento popular de la región, misteriosa historia que se trasmite de generación en generación en las familias altoandinas, el film está lleno de magia y fantasía, propia de la cultura andina. Fue filmada en locaciones naturales del departamento de Puno y Arequipa.
2004 “El Misterio de Kharisiri” de Henry Vallejo Torres (Puno)
Eventualmente es la película puneña mejor lograda hasta la fecha. La estructura narrativa parece estar bien planteada y en cuanto al aspecto técnico sin duda supera por encima a las demás. El film narra la historia de Paul y Mariela, dos reporteros de televisión que se ven involucrados con el Kharisiri, un personaje mitológico de la región aymara, de quien se dice que extrae la grasa de sus víctimas para hacer pagos a la tierra, encarnándose en cualquier animal.
2007 - “La Casa Embrujada” de Joseph Lora Chura (Puno)
Ópera prima del cineasta juliaqueño, la película está basada en hechos reales y fue realizada en la ciudad de Juliaca a lo largo de dos años. En la historia, Jovita tiene 9 años y se muda junto a su familia a una casa habitada por espíritus malignos.
2007 - "Condenado en la Pequeña Roma" de Edwin J. Vilca Yavar (Puno)
Considerada por la crítica como una muestra del peor cine regional peruano. La cinta cuenta la historia de un grupo de malhechores que golpean cruelmente a un pobre campesino con la intensión de arrebatarle sus propiedades. Tras haber sido torturado y asesinado, este vuelve a la vida con la única intensión de vengarse de sus asesinos.
2010 - "El encanto de la sirena" de Javier Peralta Durán (Puno)
Adaptación del mito de la sirena de Huaquina, esta película entrelaza la historia de un joven pobre que se enamora de la hija de un hacendado, cumple un voluntariado en una ONG y sufre una decepción amorosa.
(Fuente: Cine Club Nacional)
2011 "La leyenda del condenado" de Cine Aymara Studios (Puno)
Basado en mitos y cuentos andinos, esta historia de terror y misterio lleva consigo una realidad muy estrecha vivida por muchos que atestiguan su existencia. En la película se narra la historia de un grupo de estudiantes de medicina humana, quienes deciden ir a un cementerio para conseguir un cadáver para fines de investigación. Pero algo muy extraño empieza a suceder luego de que el cuerpo desaparece misteriosamente de la casa de uno de los estudiantes.
2012 “La Maldición del Pagachi” de Cine Aymara Studios (Puno)
Cuenta la historia de 5 estudiantes, quienes son secuestrados para ser sacrificados al Anchanchu. Según la tradición y creencia andina, la tierra necesita un pago (ofrenda) y los estudiantes son los más indicados.
Finalmente, tras un recuento de todas las películas de terror realizadas en la región, solo queda seguir esperando una producción local que logre su propósito

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