Por : Robinson Diaz. (*)
En mi opinión, este año el papel de la crítica cinematográfica, salvo algunas excepciones, ha sido muy lamentable. Veo, con temor, que el desempeño de este año confirma el descenso paulatino de un oficio que nunca fue del todo sólido, al menos desde que tengo memoria. Este año han primado la frivolidad y la superficialidad; como ejemplo señalo dos casos de la ceguera de nuestra prensa cinematográfica hacia hechos realmente relevantes en el ejercicio cinematográfico peruano.
En el año 2015 hubo un suceso que puede ser considerado, sin exageraciones, como uno de los mejores para la cinematografía nacional: el premio conseguido por la película peruana Videofilia, de Juan Daniel Molero, en el Festival Internacional de Cine de Róterdam. Se coronó como la mejor película del certamen, considerado como uno de los mejores del mundo, a la altura de Cannes, Berlín, Venecia y Locarno. Esta hazaña tiene doble mérito: Videofilia se hizo de manera muy modesta, entre amigos y con equipos mínimos. No obstante, esa noticia pasó totalmente desapercibida por los medios de comunicación que, sin embargo, dedicaron muchas páginas a la última película de Carlos Alcántara. Lamentablemente, el papel de los medios digitales especializados de cine no ha sido muy diferente. Salvo excepciones, no se ha hecho noticia ni se ha analizado la importancia de este evento, que marca un momento decisivo en el quehacer cinematográfico peruano: el de la consolidación de una forma de hacer cine en el Perú, ajena al de las grandes producciones tradicionales.
Otro profunda decepción fue la escasa repercusión que tuvo en los medios cinematográficos peruanos la presencia de Pedro Costa en el Perú, quien es posiblemente el mejor director en actividad del momento. Mi afirmación no es antojadiza, basta revisar un poco de información especializada (les ayudo: Jacques Rancière, revista Cinemascope, etc.) para saber que el realizador portugués, junto con Béla Tarr y Apichatpong Weerasethakul, es el gran cineasta del presente siglo. Dentro de poco su nombre aparecerá en los libros de la historia del cine al lado de Orson Welles, Fellini, Godard, Bresson, entre otros genios del séptimo arte. Pero tanto su presencia, como la charla que dio junto a un productor de la talla de Luis Miñarro y la presentación de su última película, posiblemente la obra maestra del siglo XXI, Cavalo Dinheiro, pasaron casi inadvertidas. No deja de ser lamentable que la presencia de Costa ni el triunfo de Videofilia en Róterdam tampoco figuren en los recuentos de lo mejor del año.
La crítica de cine peruana, salvo honrosas excepciones, cada vez más se asemeja a una página de espectáculos, donde se celebran los estrenos de blockbusters (como Star Wars o las películas de Marvel), a los cuales les dedican numerosos y entusiastas artículos; y no solo eso, hay una obsesión con el rendimiento de la taquilla de las películas, como si la calidad o importancia de una cinta se midieran por el dinero que hace. Y por otro lado, la ausencia de críticas con profundidad de análisis, que dialoguen con otras disciplinas a partir de la propuesta cinematográfica, donde se describan los elementos del lenguaje cinematográfico y su pertinencia o utilidad dentro de una película; es decir todo lo que uno espera de un buen texto analítico está desterrado en la crítica de este país. Esperemos que esta situación cambie, pues a diferencia de lo que opinen algunos, la crítica es esencial para el cine: no se puede concebir un arte sin personas que se dediquen a su estudio. Uno no solo aprende de cine mirándolo sino leyéndolo, por eso es fundamental que la crítica peruana recupere seriedad y tenga la suficiente solvencia intelectual para hacer análisis rigurosos que enriquezcan la mirada del espectador. Espero sinceramente que la situación varíe por el bienestar del cine peruano que todavía tiene mucho camino que recorrer para ser considerado una cinematografía relevante.
(*) Robinson Diaz, es un joven director y productor de cine independiente limeño. Entre otras producciones ha codirigido con la directora Lorena Best el documental "A punto de Desegar" ganadora del Premio Mejor Pelicula Peruana en el 3° festival de cine Transcinema 2015.
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