lunes, 25 de septiembre de 2017

Kingsman, el circulo dorado. ESTRENO 28 SETIEMBRE.

Cuando “Kingsman: El Servicio Secreto”, de Matthew Vaughn, se estrenó a principios de 2015, varias cosas sucedieron. Primero, le presentó al mundo a los ‘Kingsmen’, una organización de espionaje británica independiente y autosuficiente, dedicada a salvaguardar al mundo mientras se ven como si acabaran de salir de la ventana del frente de una tienda de Savile Row —gracias a que se hacen pasar como sastres de lujo. Conocimos a Harry Hart, también conocido como Galahad, un caballero cortés interpretado por Colin Firth con gracia y encanto, con la habilidad de empuñar un paraguas letal. También estaban Merlin (Mark Strong), el fastidioso gurú tecnológico escocés de la organización; Chester King, también conocido como Arthur (Michael Caine), un líder con un lado siniestro; y Roxy (Sophie Cookson), una entusiasta recluta nueva. Y, por último, aunque no menos importante, Eggsy (Taron Egerton), un chico de un barrio bajo que, al ser reclutado, queda bajo el ala de Harry, y que a final de cuentas se convierte en un auténtico Kingsman, con todo y la tosquedad requerida.

Trailer: https://youtu.be/abHSKrXaUh0

En segundo lugar, fue una película de acción sin restricciones y de una creatividad ilimitada, que jugó con y trastocó los convencionalismos establecidos por mil películas de espías que le antecedieron, una vez  una vez que Vaughn y la coguionista Jane Goldman  pasar como sastres de lujo. Conocimos a Harry Hart, también conocido como Galahad, un caballero cortés interpretado por Colin Firth con gracia y encanto, con la habilidad de empuñar un paraguas letal. También estaban Merlin (Mark Strong), el fastidioso gurú tecnológico escocés de la organización; Chester King, también conocido como Arthur (Michael Caine), un líder con un lado siniestro; y Roxy (Sophie Cookson), una entusiasta recluta nueva. Y, por último, aunque no menos importante, Eggsy (Taron Egerton), un chico de un barrio bajo que, al ser reclutado, queda bajo el ala de Harry, y que a final de cuentas se convierte en un auténtico Kingsman, con todo y la tosquedad requerida.

En segundo lugar, fue una película de acción sin restricciones y de una creatividad ilimitada, que jugó con y trastocó los convencionalismos establecidos por mil películas de espías que le antecedieron, una vez que Vaughn y la coguionista Jane Goldman elaboraron un brebaje dinámico, divertido y con sorpresas en todo momento, que rompió las reglas de manera constante y nos ofreció cosas que nunca se habían visto en una película comercial. Desde una secuencia de acción emocionante que se desarrolla en una iglesia, hasta una escena donde docenas de cabezas estallan ante los compases de “Pomp & Circumstance”, de Edward Elgar.

Tercero, las audiencias de todo el mundo disfrutaron la mezcla de emociones que brindan los espías tradicionales con giros brillantes, nuevos e inesperados. “Kingsman: El Servicio Secreto” recabó más de $400 millones de dólares en la taquilla mundial, y sentó las bases para una secuela. Esa secuela es “Kingsman: El Círculo Dorado”, en la que Eggsy y los Kingsmen regresan para hacer mancuerna con una organización estadounidense, con la finalidad de combatir a un villano megalómano e iluso, que tiene maquinaciones para adueñarse del mundo. Y le presentó a Vaughn —un hombre que ha rejuvenecido con aplomo las películas de gánsteres, de superhéroes y de la fantasía— el reto de su carrera. 














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