martes, 9 de julio de 2013

1º Festival de Cine Transcinema: 5 broken cameras, de Emad Burnat y Guy Davidi.

Por: Gisella Gastiaburú Barthé
Podria decir que es lo mejor del festival Trancinema hasta ahora en competencial internacional. Narrada en primera persona, 5 Broken Cameras es un testimonio íntimo sobre una lucha pacífica que intenta denunciar la injusta apropiación de territorios que le pertenecen a su país por parte de colonos que vienen a transfigurar el paisaje natural con monobloques de cemento y costumbres de una cultura no solo ajena, sino histórica y religiosamente susceptible. Emad divide la historia de su militancia política en cinco partes (las cinco cámaras que ha tenido y que han sido rotas sistemáticamente por los soldados israelíes), que tienen que ver con el crecimiento de sus hijos y, coincidentemente, con algún hecho que ha marcado su historia con huellas profundas: un avance más cercano de la valla que va restringiendo su territorio, la detención de sus hermanos, la muerte del amigo, su propia captura y una operación quirúrgica que le ha dejado una cicatriz a lo largo de su torso, como terrible recuerdo de la fragilidad de la vida. Ha registrado la vida del pueblo y de sus habitantes más cercanos, sus miedos y su valor, las preguntas de los más chicos y la concientización que llevan a cabo los padres.
Nominado al Mejor Largometraje Documental para los Oscars 2013 y distinguido con el premio al  Mejor Director por el Sundance Festival, 5 Broken Camerasha iniciado su recorrido fuera de las fronteras palestinas para instalarse como una denuncia y un reclamo internacional. Como anécdota, al director palestino y a su familia los demoraron en migraciones cuando fue a presenciar su participación en la entrega de premios de la Academia, porque no entendían qué tenía que hacer un palestino en Estados Unidos.


Los realizadores Burnat y Davidi se conocieron en Bil in, en 2005, Ambos salían a filmar y en esos momentos de gran tensión y peligro fueron haciéndose amigos. Davidi sólo permaneció en la aldea dos meses, pero Burnat siguió filmando y en los próximos cinco años logró grabar 700 horas de metraje, donde registra las manifestaciones de los pobladores.  Broken Cameras es un digno registro del conflicto israelí-palestino, es el relato íntimo de un aldeano que ha visto transformar su realidad, es una denuncia sistemática y potente frente a un colonizador que avanza sin mirar lo que pisa. Emad se ha convertido en David frente a Goliat, y su lucha pasiva ha desbordado las fronteras de su pequeña aldea para propagarse internacionalmente como un film digno y conmovedor.

                     

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