Podria decir que es lo mejor del
festival Trancinema hasta ahora en competencial internacional. Narrada en primera persona, 5 Broken Cameras es un
testimonio íntimo sobre una lucha pacífica que intenta denunciar la injusta
apropiación de territorios que le pertenecen a su país por parte de colonos que
vienen a transfigurar el paisaje natural con monobloques de cemento y
costumbres de una cultura no solo ajena, sino histórica y religiosamente
susceptible. Emad divide la historia de su militancia política en cinco partes
(las cinco cámaras que ha tenido y que han sido rotas sistemáticamente por los
soldados israelíes), que tienen que ver con el crecimiento de sus hijos y,
coincidentemente, con algún hecho que ha marcado su historia con huellas
profundas: un avance más cercano de la valla que va restringiendo su
territorio, la detención de sus hermanos, la muerte del amigo, su propia
captura y una operación quirúrgica que le ha dejado una cicatriz a lo largo de
su torso, como terrible recuerdo de la fragilidad de la vida. Ha registrado la
vida del pueblo y de sus habitantes más cercanos, sus miedos y su valor, las
preguntas de los más chicos y la concientización que llevan a cabo los padres.
Nominado al Mejor
Largometraje Documental para los Oscars 2013 y distinguido con el premio al
Mejor Director por el Sundance Festival, 5
Broken Camerasha iniciado
su recorrido fuera de las fronteras palestinas para instalarse como una
denuncia y un reclamo internacional. Como anécdota, al director palestino y a
su familia los demoraron en migraciones cuando fue a presenciar su
participación en la entrega de premios de la Academia, porque no entendían qué
tenía que hacer un palestino en Estados Unidos.
Los realizadores Burnat
y Davidi se conocieron en Bil in, en 2005, Ambos salían a filmar y en esos
momentos de gran tensión y peligro fueron haciéndose amigos. Davidi sólo
permaneció en la aldea dos meses, pero Burnat siguió filmando y en los próximos
cinco años logró grabar 700 horas de metraje, donde registra las
manifestaciones de los pobladores. Broken
Cameras es
un digno registro del conflicto israelí-palestino, es el relato íntimo de un
aldeano que ha visto transformar su realidad, es una denuncia sistemática y
potente frente a un colonizador que avanza sin mirar lo que pisa. Emad se ha
convertido en David frente a Goliat, y su lucha pasiva ha desbordado las
fronteras de su pequeña aldea para propagarse internacionalmente como un film
digno y conmovedor.
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