Por: Juan M.Bullita( *)
Y
siempre en la misma dirección, la de marcar el compromiso real del film con una
situación histórica precisa, se hacen alusiones evidentes a personajes de la
vida real, sea emblemáticos como el ejecutivo que expresa su confianza en la
eficacia de la violencia represiva, en aquella notable secuencia de su
enfrentamiento verbal con Tony Perkins en el exclusivo Playboy club de la
ciudad (las amenazas que profiere tienden a sobrepasar el contexto de la ficción
y agreden al testigo neutral que se supone sea el espectador), osea, incluso,
personas con nombre y apellido, como la referencia a Wayne en el personaje que
hace juez en el duelo de pistoleros.
La película es así: Testimonio y Denuncia, aunque importa señalar que lo que se destaca en este testimonio y denuncia es el Individualismo, ya que tanto Paul Newman y Anthony Perkins , ejes que permiten un doble y paralelo examen de la situación argumental , son representantes clásicos de esa postura individualista y moral que conduce al primero a la integración en el sistema bajo una capa de cinismo escéptico màs bien precario, y al segundo a la solución violenta y anárquica del asesinato político.
La película es así: Testimonio y Denuncia, aunque importa señalar que lo que se destaca en este testimonio y denuncia es el Individualismo, ya que tanto Paul Newman y Anthony Perkins , ejes que permiten un doble y paralelo examen de la situación argumental , son representantes clásicos de esa postura individualista y moral que conduce al primero a la integración en el sistema bajo una capa de cinismo escéptico màs bien precario, y al segundo a la solución violenta y anárquica del asesinato político.
Aquì, en la zona probada del cine de actores es donde la peculiar sensibilidad idealista y romántica cuaja, dejándonos la grata sensación de que la sensibilidad al expresar la vida de las gentes de un país aùn no ha sucumbido a la voracidad de la industria hoy dedicada a explotar con demagogia las nuevas vetas de la juventud psicodélica y contestaría , el orgasmo espectacular de la violencia social, etc, sin contemplar por un momento con cordialidad , inteligencia y sosiego a los agentes individuales , o mejor dicho, pacientes individuales de tales generalidades.
Rosemberg
se defiende muy bien con un grupo de magníficos actores y hace lo que sabe
hacer , es decir, pone en funcionamiento la mitología de estos: El aspecto de
borracho falsamente indiferente de Newman, el desamparo, inocencia, y
desubicación de Perkins; la actitud rebelde y protectora de Joanne Woodward; el
delirio de grandeza y la vulgar seguridad facista de Pat Hingle (2). “El
Corazòn lleva una Màscara” , tiene el
don de hacernos volver la página del cine americano 15 años antes, aunque la
película salga perdiendo en esta evocación del pasado. Porque al buen sentido que
tiene Rosemberg le falta la dosis de compromiso intìmo, de sensibilidad
cinematográfica y estètica acusada que recorrìa como un fuego sagrado “El
Audaz”, por ejemplo, film que evoca WUSA, debido especialmente al paralelismo
entre las parejas Newman-Laurie y Newman –Joanne Woodward, del que sale ganando
sin la menor duda y por mucho la primera, nos basta recordar la superioridad de
aquella genial secuencia en que Newman conoce a Laurie y pasa a su lado las
últimas horas de la noche en un café de la estación y después se van juntos, al
despertar Newman y encontrar que ella no se ha movido , y es entonces cuando
él, junto al espectador descubre que la muchacha es coja.
Todo
el peso emotivo, contenido y latente , que consigue Rossen manifestar en este
encuentro de dos marginales , deja empobrecidas las mejores secuencias de
relación Newman –Woodward, incluso aquella en que ambos, sentados a los
extremos de la cama, se cuentan en un tono desprovisto por completo de
conmiseración los respectivos vaivenes y fracasos de sus vidas (3).
(1) Hay una película por completo ajena
a este tipo de personaje en la filmografìa de Newman y que sin embargo, pese a
los disgustos que le causò filmarla al actor, es una de sus mejores actuaciones
en la pantalla ; me refiero a “Cortina Rasgada” (Torn Curtain, 1966,Alfred
Hitchcock)
(2) Pat Hingle es el padre de Warren
Beaty en “Esplendor en la Hierba” de Elia Kazan.
(3) Otro film que recuerda WUSA , es
“Un rostro en la muchedumbre” (A face in
the crowd, 1967, Elia Kazan).
(*)
Revista Hablemos de Cine 61-62, Setiembre, Octubre, Noviembre, Diciembre 1971.
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