La Unión de Cineastas Peruanos (UCP) expresa su hondo pesar por la partida del gran Gabriel García Márquez, queridísimo escritor colombiano, Premio Nobel de Literatura, quien además de su extraordinario aporte a las letras latinoamericanas y del mundo, fue uno de los animadores indesmayables del desarrollo de la cinematografía y la cultura en general de nuestra región al de nuestra región.
La relación de García Márquez con el cine fue múltiple, en primera instancia como codirector en una modesta experiencia en Colombia a mediados de los años 50, guionista profesional a partir de la nueva generación de cineastas mexicanos de los 60 y 70 (Arturo Ripstein, Alberto Isaac, Luis Alcoriza, etc.), y autor reiterada y pocas veces satisfactoriamente adaptado en docenas de producciones de distintos continentes que se realizan hasta la actualidad.
Posteriormente fue promotor de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, el Festival del mismo nombre realizado desde hace más de 35 años en La Habana, y la Escuela Internacional de Cine y Televisión (EICTV) de San Antonio de los Baños, también en Cuba, donde en las últimas tres décadas han aprendido cine, y también enseñado, sucesivas generaciones de cineastas latinoamericanos y del mundo, incluyendo colegas del Perú y en particular integrantes de la UCP.
Pero además, García Márquez entregó en 1986 un soberbio libro, La aventura de Miguel Littín clandestino en Chile, relato de una ambiciosa operación secreta organizada para que el cineasta chileno del título, oficialmente exiliado doce años en esa época, filmara en su patria un documental sin que lo descubriera el régimen de Augusto Pinochet, que lo tenía en una lista de personas que tenían prohibido ingresar al país. Se trata de una narración vibrante que subraya el carácter a la vez ilusorio y comprometido del arte cinematográfico, capaz de inventar fantasías y captar realidades en un mismo proyecto de vida o muerte.
Por supuesto, Gabriel García Márquez seguirá siendo, como desde hace más de medio siglo, la feliz influencia y compañía para el mundo hispanohablante y todavía más allá de éste. Y las cinematografías de América Latina lo honraremos si seguimos luchando por uno de sus tantos brillantes pensamientos: “Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Unión de Cineastas Peruanos (UCP)
Lima, 17 de abril de 2014
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