Hay momentos en la visiòn de esta pelìcula en que uno cree estar ante una obra con Marlene Dietrich o Marilyn Monroe, por el enamoramiento de la càmara por la actriz. (Izq: Arnaldo Jabor). Ya no encantada por la adormilada Marlene o la bobita Marilyn , sino por el desenfado de Sonia Braga.
Marlene se hacia la copada, fruncia la mirada como si tuviera dificultad en la visiòn, desplegaba los labios como si le aquejara algùn lejano dolor; en realidad lo que querìa era dar prominencia a su pòmulos para que hagan juego con sus ojos y boca, imponerse ante la càmara , "Estar al borde del desmayo" , que es una eficaz manera de no perder la mirada de quièn la mira con admiraciòn.
Marilyn se hacia la boba ante la càmara , pero en realidad ese estar en las nubes nacìa de su narcisismo, le encantaba sentirse mirada y mantener (alimentar) la mirada de admiraciòn con su aire ido. Sonia se hace la loca, ella misma dice ante la càmara en Yo te Amo: "yo estoy loca, multo loca". Ya no està controlada como en "Doña Flor y sus dos Maridos", controlada al estilo Sofìa Loren, la pobre italiana que no encontrò mejor manera de estar ante càmaras . Ni descontrolada como en La Dama del Microbus. Aquì la vemos haciendo su mejor trabajo: Se hace la Loca.
Transcurre la mayor parte de la pelicula desnuda, como sin darse cuenta !Que le importa a una loca que la miren!. Por tanto y con mayor razòn, la miran. De esta razòn de la sin razòn, nace esa alegrìa que hay en todo el film. Como Marlene o Marilyn , Sonia da el tono a la obra que interpreta, de ahì el jolgorio que hacen de su soledad esos personajes de Eu te Amo: Ella, hacièndose pasar por una puta-culta o culta-puta por despecho amoroso. Paulo Cesar Pereio, el amante quebrado sin màs capital que 2000 cajas de sostenes anatòmicos. Vera Fisher , la frìgida que alcanza el orgasmo sòlo cuando habla de la sangrienta muerte de su padre.
Como a la locura le falta malicia , ahì esta Sonia Braga para protagonizar y sostener ese desparpajo brasileño que es Yo te Amo, nacido de la combinaciòn de Ultimo Tango en Parìs sin tanta depresiòn, y El Imperio de los Sentidos sin tanta ceremonia. La broma de la televisiòn y al video tape como camisa de fuerza de la locura cotidiana carioca. La desnudez y el acto de amor como alienaciòn cultural, sentimental , sexual.
(*) El artìculo de Nelson Garcìa Miranda, proviene de la revista de Cine " Hablemos de Cine"-nº 76-Febrero 1983, y es con el fin de ofrecer un modesto homenaje a uno de los mejores criticos de cine del Medio Peruano. Proseguire transcribiendo sus articulos porque pienso que es necesario que las nuevas generaciones conozcan el trabajo de una de las personas que llegò a destacar como un talentoso cortometrajista y que hasta ahora sigue trabajando en ese formato que hoy en dia da a conocer a nuevos talentos.
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