miércoles, 16 de enero de 2013

El Silencio de los Inocentes, de Jonathan Demme.

Por : Juan Josè Beteta Herrera.

Estamos ante un excelente film policial de suspenso, pero que trasciende los lìmites del gènero al manipular eficientemente los temores inconcientes del espectador.Los mecanismos audiovisuales bàsicos en que se apoya el realizador Jonathan Demme son el trabajo con los movimientos de càmara y el sonido. El pùblico es introducido en la acciòn ( a travès de travellings y paneos) los personajes son acercados al espectador (mediante el zoom o juego de lentes de la càmara) y èste se convierte en un personaje màs (gracias al uso recurrente de la càmara subjetiva, que substituye al ojo del espectador.).



Un segundo apoyo lo constituye la distorsiòn total del volumen de los sonidos ( ruidos, gritos, respiraciòn) y la utilizaciòn de una mùsica ominosa. Recuèrdese , por ejemplo: como exhala un suspiro el cadàver del que se extrae la crisàlida de una mariposa. En este soporte se apoya un eficiente trabajo actoral y lumìnico para la puesta en escena de un guiòn que no abandona la tipica receta del relato de suspenso: ocultamiento de datos bàsicos, que luego hacen una oportuna y sorprendente apariciòn. 





La credibilidad de este esquema se apoya en una serie de "pistas falsas" para distraer la curiosidad y malicia del espectador . Desde el punto de vista dramàtico estos datos deberìan ser una "preparaciòn" para que el sorpresivo desenlace resulte lògico y justificado. Pero Demme deja varias de estas pistas falsas como aparentes cabos sueltos que, en realidad , constituyen un verdadero "juego de sugerencias" ubicadas en el plano ideològico. La heroìna , una joven agente del FBI , sufre un permanente pero sutil , acoso sexual (miradas de grupos de policias, avances del dr Lecter y su carcelero el dr Chilton) y hasta el final se sugiere una relaciòn con Crawford , su jefe (¿Edipo?). El origen de su trauma infantil, finalmente desentrañado por Lecter:, resulta de lo màs ingenuo: El degollamiento de una corderito.

Todo esto lo define como un ser puro (reiteradas imàgenes de su infancia , con su padre) , casi asexuado y verdadera encarnaciòn del bien, en tanto representante de la ley y el orden ( imàgenes de su entrenamiento policial , banderitas norteamericanas en el almacèn del "Miss Mofet" y al vencer al criminal.).En cuanto al Dr Lecter , èste aparece como encarnaciòn del mal. Une en su personalidad el genio intelectual ( de "Hombre de Mundo")  con la patologìa criminal ( y canibal) . Ambas son caracterìsticas satànicas, pùesto que el demonio tienta al hombre con la pretensiòn de que el conocimiento cientifìco puede darle el poder absoluto sobre el mundo.

Las secuencias iniciales provocan tal pànico en el espectador debido a los procedimientos audiovisuales indicados al comienzo, pero èstos son "amplificados" ideològicamente con la sugestiòn diabòlica que alcanza su cima en la gloriosa secuencia del policìa "crucificado" por Lecter. Simultaneamente se nos ha presentado a la agente Sterling, una provincianita empeñosa y profesional , como su contrapartida "còsmica" . Esto encuadra y "amplifica" aùn màs el enfrentamiento final entre ella y el asesino . Dicho en otras palabras sugestiona aùn màs al espectador llevàndolo al lìmite del paroxismo. 

                                       

El desenlace plantea un final abierto que ratifica esta contraposiciòn bien Vs mal , no exenta de cierta ironìa . Y aunque nadie se rìa precisamente , se trata màs bien de una autoburla que mediatiza el maniqueìsmo , justamente ponièndolo de manifiesto. Ademàs es un "guiño" que Demme hace al pùblico , tras haberlo manipulado con gran maestrìa. 

Verdaderamente macabro.

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