MEJOR
PELICULA,MEJOR
DIRECTOR – STEVEN
SPIELBERG, MEJOR ACTOR
PROTAGONISTA – DANIEL DAY-LEWIS, MEJOR ACTOR
SECUNDARIO – TOMMY LEE
JONES, MEJOR
ACTRIZ SECUNDARIA SALLY FIELD,MEJOR GUIÓN
ADAPTADO, MEJOR
FOTOGRAFÍA, MEJOR BANDA
SONORA, MEJOR
MONTAJE, MEJOR
DISEÑO DE PRODUCCIÓN, MEJOR
VESTUARIO, MEJOR
SONIDO
—Abraham Lincoln, en una carta con fecha de diciembre de 1865
En los
últimos cuatro meses de la vida y presidencia de Abraham Lincoln, toda la
esencia del hombre —su pasión y su humanidad— cobró efecto en su batalla más
importante: diseñar un camino hacia el progreso para una nación resquebrajada, contra
abrumadoras probabilidades y una presión pública y personal extremas.“Lincoln”, de Steven Spielberg, brinda un análisis
íntimo de los momentos más peligrosos y reveladores del líder estadounidense,
en una época cuando se abate la aciaga sombra de la esclavitud y cuando un país
dividido por la guerra debe integrarse.
Un prolífico drama humano se genera cuando Lincoln
incrementa significativamente el riesgo para finalizar la devastadora Guerra
Civil, no sólo al acabar con la guerra, sino también al luchar por conseguir
que aprueben la Enmienda 13, para así abolir permanentemente la esclavitud.
Será un auténtico acto de valentía nacional. Deberá apelar a toda su pericia,
valor y fortaleza moral, que lo llevarán a convertirse en una leyenda. Lidiará
con el impacto que sus acciones tienen en el mundo y en aquellos que ama. Pero
lo que yace bajo ese equilibrio es lo que siempre le importó más a Lincoln: inducir
a la gente norteamericana, y a aquellos en su gobierno de creencias opuestas, a
cambiar el curso y aspirar a más, hacia un bien mayor para toda la humanidad.
Llevada a la pantalla a través de un guión del ganador
del Premio Pulitzer Tony Kushner, la narrativa rigurosamente humana de
Spielberg y la actuación de Daniel Day-Lewis, quien encabeza un consumado
reparto, la película lleva a las audiencias directamente al corazón y alma de
los últimos logros de Lincoln. El Lincoln que emerge es un hombre de paradojas
incautas: divertido y solemne, un narrador pícaro y un feroz cabildero, un
comandante astuto y un padre vulnerable. Pero en el momento más funesto de su
nación, cuando los tiempos necesitan lo mejor de la gente, apela a su interior
para extraer algo poderoso e imperecedero.
Twentieth
Century Fox y DreamWorks Pictures presentan en asociación con Participant Media
“Lincoln”, un filme dirigido por Steven Spielberg, a partir de un guión escrito
por Tony Kushner, basado parcialmente en el libro “Team of Rivals: The
Political Genius of Lincoln”, de Doris Kearns Goodwin. El reparto de la
película es encabezado por Daniel Day-Lewis, Sally Field, David Strathairn,
Joseph Gordon-Levitt, James Spader, Hal Holbrook y Tommy Lee Jones. Los productores son Spielberg y Kathleen
Kennedy y los productores ejecutivos son Daniel Lupi, Jeff Skoll y Jonathan
King.
Spielberg
se reúne de nueva cuenta con su antiguo
y fiel equipo detrás de cámaras: el director de fotografía Janusz Kaminski, el
diseñador de producción Rick Carter, la diseñadora de vestuario Joanna
Johnston, el editor Michael Kahn y el compositor John Williams —cuyos talentos
se combinan para generar una experiencia visceral y contemporánea de aquel mundo
dividido por una guerra, que Lincoln cambió irrevocablemente en 1865.
Desde
hace mucho tiempo, Abraham Lincoln ha estado parado en la delgada línea entre
el mito y el hombre de carne y hueso.
No
obstante, ahora más que nunca, Lincoln ocupa la imaginación pública. Quizás y
esto se deba a que su mismísima silueta se ha convertido en un símbolo global
de la esperanza de que el poder puede ser ejercitado de manera juiciosa. Quizás
porque es el único presidente de Estados Unidos en haber considerado la
posibilidad de que el gran experimento de una Unión Americana podía ser abolido
para siempre. O quizás es porque su vida misma revela que los seres humanos imperfectos
y complejos pueden lograr lo increíble, e inspirar incluso a aquellos que se
encuentran atrapados en la guerra y en legados sombríos a cambiar de rumbo y hacer
equipo.
La imagen de Lincoln, y su raramente visto pero
cautivador lado humano, ha obsesionado al realizador Steven Spielberg desde su
infancia. Desde entonces, ha estado leyendo acerca de Lincoln, pensando en
Lincoln y convenciéndose cada vez más que la intensamente activa vida del
hombre está plagada de historias que no sólo son inherentemente
cinematográficas, sino también tremendamente relevantes para nuestra época.
“Siempre
he tenido el interés en contar una historia acerca de Lincoln. Es una de
nuestras figuras más fascinantes de toda la historia y de mi vida”, comenta
Spielberg. “Recuerdo haber tenido cuatro o cinco años cuando vi por primera vez
el Monumento a Lincoln y haber estado terriblemente asustado por el tamaño de
la estatua en esa silla, pero entonces me fui acercando poco a poco y quedé
completamente cautivado por su rostro. Nunca olvidaré ese momento. Me dejó
preguntándome acerca de ese hombre sentado muy arriba de mí en esa silla”.
Con el
paso de los años, entre más conocía a Lincoln, más creció ese sentido de
asombro en Spielberg. Continúa: “Lincoln guió a nuestro país a lo largo de sus
peores momentos y permitió que los ideales de la democracia norteamericana
sobrevivieran, además de haber asegurado el fin de la esclavitud. Pero también
quería hacer un filme que mostrara cuán multifacético era el hombre. Fue
estadista, líder militar, pero también padre, esposo y hombre que siempre
estaba en un absoluto estado de introspección. Quería contar una historia
acerca de Lincoln que evitara los errores tanto del cinismo como de la
pleitesía al héroe, y serle fiel a la inmensidad de quién era y a la intimidad
de su vida, así como a los ángulos más delicados de su naturaleza”.
Le tomaría a Spielberg y al guionista Tony Kushner, quienes
colaboraron previamente en “Munich”, una década en encontrar la historia
precisa para contar, y la manera en cómo querían narrarla. Y cuando lo
hicieron, sorprendentemente, era una historia que se centraba en unos cuantos
meses breves e intensos de la vida de Lincoln. Aquellos pocos meses iluminarían
la esencia del hombre —como genio político, como un angustiado padre de familia
y, por sobre todo, como un defensor valiente de los Estados Unidos de América.
Este
concepto compacto y envolvente para la película animó a Spielberg. Iba a
requerir, a la larga, que empleara sus
instintos como realizador en un nivel diferente a cualquier otra película que hubiera
realizado antes, en su ya de por sí extensamente diversa filmografía.
“Mis
películas se cuentan con mayor frecuencia a través de imágenes, no palabras.
Pero en este caso, las imágenes pasaron a un segundo plano ante las increíbles
palabras de Abraham Lincoln y su presencia”, explica Spielberg. “Con ‘Lincoln’
estaba menos interesado en un flujo de imágenes que en permitir que los
momentos más humanos de la historia se desarrollaran frente a nosotros”.
Al desnudar
los últimos días de Lincoln hasta sus momentos más emocionantes, pero descarnados,
llenos de debate, con maquinaciones políticas, sus vínculos familiares y sus
miedos y esperanzas personales, Spielberg y Kushner descubrieron la naturaleza fascinante
—e impredeciblemente humana— de la más grande batalla de una democracia. “La
película tiene un poco de suspenso”, señala, “y podría, a ratos, hasta verse
como un tipo de thriller político”.
Kathleen Kennedy, antigua socia productora de Spielberg, concuerda que la película representa
un giro interesante en la evolución constante de la carrera del director. “A
Steven siempre le ha encantado la historia y ha realizado muchas películas con
un contexto histórico —‘Empire of the Sun’, ‘Schindler’s List’, ‘Saving Private
Ryan’—, por lo que creo que comprendió que algunos de los personajes más interesantes
provienen de la historia”, indica. “Pero Steven sabía que con ‘Lincoln’ no
crearía un película biográfica convencional. En cambio, él y Tony intentaron
encontrar la manera más íntima de mostrar el poder de los logros de Lincoln
como presidente, a través del análisis del fin de la esclavitud y de otros acontecimientos
clave que se llevaron a cabo durante su presidencia”.
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