Con una sensibilidad pueril, Come to My Voice», de Hüseyin Karabey, fue la gran ganadora del astor de plata del festival de Mar de Plata 2014. Un cuento que no cuenta, este segundo film del director turco, comienza con los dengbej, que narran con canticos, tres de estos señores nos cantan en un cubículo y narra la historia, sobre una anciana, que a la mayoría del publico plántense conmovió y encanto, a lo cual me niego a sumarme. Berfé y su pequeña nieta Jiyam inician este roadmovie al estilo turco, con el objetivo de liberar a Temo padre de esta niña, tomado preso por acusarlo de guardar armas ilegales, muy al estilo del ejercito del medio oriente, es cuando comienza la via crucis, que acabaría con un happy end.
El amor de una madre y de una hija a su padre, hace que vayan por todos lados a pie, con la fe y el objetivo de juntar dichas armas, con una suerte de falsa poesía conocerán a los tres juglares de la escena inicial, compartiendo esta historia de hadas, que se cuenta solo. Una narrativa de telenovela indu, es un pretexto para mostrar lo mas bello del film; los paisajes de la región turca del Kurdistán y Karabey, llevados de la mano de Anna Misselwitz la directora de fotografía, que plasma agradablemente las verdes colinas y los azules lagos.
Karabey demuestra ser efectista, el solo pensaba en narrar con cariño a la etnia curda, muestra una falsa humanidad, los soldados curdos están dentro de un sistema y una represión ancestral y si es los que les toca vivir y querer vicitmizar el universo de sus personaje en general hace un film muy menor. S i es verdad, el mundo curdo es asi de cruda, pero la visión melodramática no se fundo en cada escena del film, sus acciones carecen de sinceridad, es una narración encandenada de cuentos, que se puede facilmente plasmar en un video de institucional de cultura curda. Un encadenado de narraciones, se plantea el trabajo con no actores y eso lo mas rescatable, quizás Come to my voice, sea recordada como una fabula positiva, con grados de humor, algo de tragicomedia, no hay mucho que decir, quizás ese final musical, banda sonoro de Ali Tekbas, Serhat Bostanci y A Imran Erin, inspirados en esa melosa melodía curda tradicional, fue el culpable de que el publico le de su voto, y con el jurado platense, al que me resisto estar de acuerdo. Como to my voice, puede decir esta es mi voz, pero una voz recargada de falso lirismo, que quizás el expectador en general le tome cariño.
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