sábado, 1 de diciembre de 2012

Entrevista a Christian Wiener: MÀS DINERO PARA LOS MISMOS.

Christian Wiener (izq), era uno de los últimos sobrevivientes de la anterior gestión en el Ministerio de Cultura, de la época en que la cantante Susana Baca comandaba esa institución. Sin duda, su trabajo ha sido algo incómodo para algunos, y de ahí que su destitución como director de Industrias Culturales ha sido aplaudida silenciosamente por unos y aceptada con recelos por otros. En su gestión ha estado laborando porque la cultura no sea entendida por el Estado (y el Ministerio de Economía y Finanzas) como algo accesitario, un adorno, sino como una actividad central que forma identidad y genera una industria y es un factor económico. Para él, “la Marca Perú debería ser eso. En realidad, qué es lo que te vende afuera: ¿el turismo? Todo el mundo sabe que el turismo es un falseamiento de la realidad. Hay que apostar por la cultura”.


—¿Cuál era su cargo en el Ministerio?
—Director general de Industrias Culturales y Artes, desde el 12 de agosto de 2011 hasta el 31 de
octubre de 2012. (Derecha: Luis Peirano, actual Ministro de Cultura)
 —Usted denunció ciertas irregularidades en el ministerio.
—El tema de cine fue clave, porque, obviamente, yo vengo del área de cine, y era posiblemente el tema que más conocía. En el caso de cine, veníamos de una gestión en la que había habido mucha controversia en los gremios de cine. Y una serie de situaciones un poco complicadas que llevaron a la disolución del Conacine.
Que ahora es el Dicine.
—Se transformó en Dicine, y ese nombre no le gustaba al ministro, así que pidió que se retirara. En el tema de cine hay que incluir a Carmen Rosa Vargas, que todavía está en el ministerio. Con Carmen Rosa nos propusimos, en primer lugar, institucionalizar el sector, porque los procesos habían sido muy irregulares, desordenados, y en medio del caos es donde se pueden presentar todo tipo de irregularidades, incluso ilegalidades.
                                                                               
 ¿Qué plantearon en cine?Lo primero fue ordenar los procesos de los concursos, tratar de ser más escrupulosos en el proceso de elección de los jurados, tratar de cerrar un mal endémico en el país que es el amiguismo. Mucha gente se lo tomó como un asunto personal. El asunto es que quienes habían manejado antes el área cinematográfica había sido un grupo de la Asociación de Productores Cinematográficos del Perú (APCP), que es donde están algunos cineastas más mediáticos, como Alberto “Chicho” Durant, Francisco Lombardi (Izq), Augusto Tamayo, Fabrizio Aguilar… Ellos son un poco los que a través de la entonces presidenta de Conacine, Rosa María Oliart, habían tomado la batuta y había coincidido esto con la época en la que había ingresado más dinero y hubo más concursos. Pero los concursos y los dineros de Ibermedia, que también manejaba el Conacine, se repartía un poco de manera mayoritaria entre los mismos, el mismo círculo. Nosotros buscamos que los concursos fueran con un jurado internacional o un jurado por sorteo. Hicimos el proceso más escrupuloso. Trajimos jurados de otros países, y ¿qué sucedió?: solamente dos premios lo obtuvieron personas de la APCP de treinta y tantos que se han dado; obviamente, la diferencia fue bastante. La mayoría que ha ganado son óperas primas. Creo que esa es la labor del Estado, no tanto seguir pagándole las películas a los que han hecho varias hace años y nadie va a ver sus obras, sino buscar nuevos valores.

—¿Quiénes de los “de siempre” ganaron?
—Los únicos dos, Alberto Durant y Fabrizio Aguilar. También han ganado algunos como Alejandro Legaspi, que es un poco conocido, porque viene del grupo Chasqui; July Naters; Humberto Campodónico (el hijo)…

¿Usted cree que fue por eso que lo destituyeron?No creo que solo fuera por eso. No es el único tema. Digamos que es la punta del iceberg. El tema es que adicionalmente a esto comenzaron a aparecer algunos temas en relación a cómo se había manejado Conacine, (Derecha: Rosa Maria Oliart)  de una manera que requería una investigación… Había películas culminadas… y no se había pedido rendición económica. Adicionalmente, salió una denuncia de que la expresidenta de Conacine, quien trabajaba en dos o hasta tres películas que habían recibido premios del mismo Conacine(Iz, cuando ella estaba de presidenta, (y ella misma había negociado fondos de Ibermedia para esas películas. Ahí hay, por lo menos, una incompatibilidad. Legalmente no lo sé, pero éticamente tú no puedes ser presidente de Conacine, premiar la película y, a la misma vez, participar en esa película. Acuérdate que ella como funcionaria ha firmado los contratos a nombre del Estado. ¿Cómo va a garantizar eso siendo parte del mismo proyecto? Es un tema de conflictos de intereses evidente.

—¿Se merece una investigación?
—Creo que sí, porque son fondos públicos. Y no estamos hablando de poca cosa, sino de 3 millones 400 mil soles. Yo no voy a defenderlo, pero si al general Chacón, el papá de la congresista, lo están acusando por haber destinado 50 mil soles y acá hablamos de temas de 400 mil soles o dólares, por lo menos esto amerita una investigación. Eso debe hacerse para transparentar la gestión, porque lo que genera eso es una sensación de impunidad, que tú puedes hacer lo que te dé la gana porque tienes amigos o influencias. Pero el tema ahí no es tanto ella sola, sino de la gente que se ha beneficiado con ella.
 
¿Se ha sentido maltratado
A mí me hicieron por ejemplo una nota bien mala leche en La República. Una nota que firmó Marco Sifuentes. Que era una nota sobre problemas laborales en el ministerio, supuestamente. Y después viene una cuestión sobre un trabajador que era secretario ejecutivo de Rosa María Oliart y que Carmen Rosa Vargas había decidido no renovarle el contrato. A partir de eso me habían echado toda la culpa a mí. Yo sabía del tema, pero igual lo sabían Luis Peirano y Rafael Varón (Izq), ministro y viceministro, y nadie le dijo que no a Carmen Rosa. Todos somos responsables. Esa fue una decisión.

—¿Cómo salió del ministerio?
—Me pidieron mi renuncia.

—¿Quién?
—El viceministro Varón. Si es un cargo de confianza, te retiran la confianza y ya fue.

—Pero Varón no le dio el cargo.
—No, me lo dieron en la época de Susana Baca. Pero, en todo caso, el ministro respaldó a Varón. En el fondo es su derecho que quiera trabajar con quien quiera trabajar.

—¿Qué le ha molestado de todo esto?
—Dos cosas. Por un lado, el tema de La República y Marco Sifuentes. Y por otro, el lado del ministerio, que no me respaldó. Me soltaron para que me apanaran, nada más. Me debieron dar la oportunidad de dar mi descargo.
 
¿Y Sonia Goldemberg?
En el caso de Goldemberg ( Derecha ), el año pasado se presentó para Ibermedia. Yo fui a negociar en Brasil lo de Ibermedia, y ahí ella obtuvo 35 mil dólares para la financiación de su documental. Se sintió muy molesta por esa cantidad porque dijo que era muy poco, que estaba aspirando a más.

—¿Qué hizo?
—Me mandó un correo con copia a la ministra, en esa época estaba Susana, diciendo que estaba sorprendida porque le estaban dando poco dinero, que ella merecía más. Creo que estaba pidiendo setenta mil dólares. Le dije que podía presentarse al concurso de documentales el próximo año y completar su presupuesto, pero en marzo de este año se me acerca al ministerio para solicitar que nosotros presentemos un certificado a Ibermedia, diciendo que ha culminado su rodaje.

—¿Por qué pidió eso?
—El ministerio tenía que certificar que había terminado el rodaje para que Ibermedia le diera la plata. Sin embargo, en junio se presenta al concurso del Conacine, pero en la base se mencionaba que no podían presentarse películas que ya estaban avanzadas en rodaje. Lo observa Carmen Rosa Vargas y emite una carta para que impidiera la participación de Goldemberg porque estaba violando las bases. Hubo otros casos, pero solo ella ha movido al bufete Echecopar.
 
¿Y qué dice el bufete?
Están tratando de argumentar que ella ha debido participar. Si ella no hubiera presentado esa carta a Ibermedia, hubiera participado en el concurso de Conacine. Es una cuestión de angurria… El bufete está apuntando a tratar de obligar, en un determinado momento, a cuestionar los concursos. (Izq: Emilio  Moscoso, al centro con lentes) .Ojo que si se cuestiona este concurso, habría que hacerlo con todos, no solo de este año, sino de cinco años atrás. Porque, supuestamente, lo que ellos llaman vicios son los mismos de años anteriores.

—Durant salió en defensa del señor al que no se le renovó su contrato. ¿Por qué?
—Él firma la carta de pedido de explicaciones de la salida de Emilio Moscoso. Es el único que aparece con nombre y DNI.

—¿Y qué tiene que ver Durant con Moscoco?
—Nada, sino que Emilio Moscoso los había estado apoyando. Él ha sido el secretario ejecutivo, manejaba las cosas internas, porque Rosa María Oliart era la presidenta.

—¿Él hubiera aceptado que Goldemberg participe?
—Él sí, porque él, trabajando ya en otra área del ministerio, se acercó a decirnos que debía participar Goldemberg. La recomendó.
 
¿Con qué autoridad?
Con la autoridad de que supuestamente él sí dejaba participar antes.(Derecha: Chicho Durant)

—¿Es posible hacer una investigación?
—Yo creo que sí, si hay una voluntad política, si es una institución del Estado.

—¿Cuánto dinero hay que fiscalizar?
—Ahorita, alrededor de 7 millones y medio; y el año pasado, cinco millones y medio. Hay mucha plata, hay más presiones por ello, hay mucha angurria.
PPP P 

rMarco Fernández - Diario La Primera- 27-11-2012.
Redacción

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