El tema de la adolescencia al cine permitió que aquellos realizadores
americanos de sensibilidad exacerbada, como Kazan y Ray, expresaran su universo
a plenitud; tanto “Esplendor en la Hierba” como “Rebelde sin causa” provocaban
el desencadenamiento de aquellos sentimientos y aspiraciones apasionadas cuya
generosa autenticidad sería consecuentemente asumida por el fervor participante
de dos grandes creadores cinematográficos. Desde esas dos extraordinarias
películas el cine americano ya no evocarà la adolescencia sino como sociología
, como periodismo y frecuentemente sòlo como divertimento banal para responder
con descaro y cinismo a un mercado juvenil creciente. Y es entonces cuando un
realizador como Mulligan , al que no puede acusarse de oportunista , nos ofrece
a los 41 años de edad su mejor película,
centrándola en la nostálgica evocación de un adulto por su edad dorada.
Es cierto que la contemplación de Mulligan, con ser profundamente
cordial y sentida, no alcanza en ningún momento la originalidad de inspiración
de los films ejemplares mencionados, porque, sobre todo, el realizador de “
Summer of 42 evoca “ , es decir, recrea un mundo pèrdido, lo que implica un
compromiso diferido , y no intenta participar dinámicamente como Ray y Kazan
del universo adolescente mostrado. Mulligan nos habla de algo concluido, y
tiene la inteligencia de envolverlo en una atmòsfera encantada y subrayar con
delicadeza su carácter de etapa finitqa, irrecuperable; mientras que Ray y
Kazan documentaban el nacimiento de un universo, la prometeica lucha por
conservarlo frente a la estupidez de los mayores (Rebelde sin causa) o el
determinismo del medio ambiente (Esplendor en la hierba) . Ambas eran películas
de lucha y militancia , y estaban incorporando aspiraciones que sus autores
viviàn en el momento de filmarlas, mientras que Mulligan habla de algo
definitivamente pèrdido , tal como lo explicitan las hermosas palabras que
cierran el relato: “ Fue en aquel verano
que, juntos , atacamos el guardacostas … y de, un modo muy especial , fue en
aquel verano que Hermie dejó de ser Hermie”.
Los personajes solitarios y empecinados que habitan la filmografìa de
Mulligan, inadaptados y personalidades esquizoides, que sin embargo renuncian a
una ruptura drástica o temeraria con el
sistema, prefiriendo màs bien el camino de una integración que preserve su
vocación de desadaptados , tenìan los rasgos de la timidez y tenacidad que
asume Gary Grimes-Hermie con muchas mayor espontaneidad . En efecto, el Steve
McQueen de “El Incorregible” (Baby the rain must fall, 1964) , la Natalie Wood
de “Intimidades de una adolescente” (Inside Daisey Clover, 1965) , la Sandy Dennis
de “Luz de Esperanza” (Up the down staircase, 1966) y el Gregory Peck de “La
noche de la emboscada” (The stalking moon, 1968) , son dignos precedentes de
este adolescente que busca madurar y crecer por una via singular. Pero,
justamente por ser un film sobre adolescentes , Mulligan en “Hubo una vez un
verano” sale notablemente favorecido, pues no siendo su fuerte el cine
psicológico,propio de adultos conflictivos, acierta aquí a superar esos
empantanamientos a que inevitablemente lo conducían la problemática psicológica
de sus protagonistas adultos; baste recordar que “Luz de esperanza” describe
muy bien los empeños de Sandy Dennis hasta que interviene la codificación de
caracteres haciendo casi naufragar al film en una serie de tòpicos .
Mulligan se puede decir, pierde valientemente de vista las costas del
realismo pequeño-burguès, punto de partida que lo engancha a sus compañeros y
colegas de generación , arribados ,como él, a Hollywood de la TV (1),
ensanchando sus sus horizontes, al entregarse concientemente a las aguas
profundas de un mundo imaginado; al perder de vista los contornos de tierra
firme ( costas narrativo-explicativas y psicologistas en lo que se refiere a
sus películas), se abre con facilidad y armonía a una inspiración poética,
nunca delirante porque el delirio es ajeno al cine de este realizador , pero si
liberada y liberadora.
Hubo una vez un verano comienza por acertar en la especialísima recreación de un verano particular en un pequeño pueblo americano a orillas del mar. Allì se reúnen tres amigos a matar el tiempo con las diversiones propias de su edad; pero èsta comienza a empinarse trabajosamente haciéndoles sentir el desajuste entre la armonía inconciente de la niñez que termina y las aspiraciones nuevas (sexuales entre otras) que la nueva edad trae con urgencia. El amor por un ambiente , que justificaba el placer de un realizador ajeno al western metido entre polvaredas, cañadas, riscos y tormetosos riachuelos de que haica gala Mulligan en su anterior film: La noche de la emboscada, multiplica su eficacia en Summer of 42, al ligarse , seguramente a recuerdos personales, adolescentes , ya que Mulligan tenía 12 años en 1942 , es decir, algo menos de la edad de sus protagonistas en el año en que se sitùa la acción del film.
Y esta firmemente establecido , a través de una extraordinaria fotografía
de Robert Surtees (2), de la empalagosa pero adecuada música de Michael Legrand
, de la presencia de un relator adulto (voz en off) , del mismo estilo de filmación
(travellings y zooms particularmente) , el carácter de “ Sucediò hace 28 años ,
en el verano del 42 “ que asume la acción.
Sobre esta sòlida base ambiental, en un típico film de clima, donde paisaje y
estado de ànimo se confunden , Mulligan persigue con acierto el rigor y
mantiene las actuaciones de los muchachos sorprendentemente ligadas a una rítmica
emocional que pertenece al pasado (3). Lo dice el texto reflexivo final: Todo
sucedìa màs lentamente para los que fueron jóvenes en el 42, las cosas tomaban
su tiempo . Y Mulligan (Foto izq.)consigue la expresión de este carácter distintivo con un
tono de increíble naturalidad, en especial en la secuencia del encuentro erótico
en el cine, en aquella otra de la compra de los preservativos y, en general , en todo el tratamiento que
hace para idealizar a Jennifer O`Neil haciéndola coincidir con la mujer deseada
por Hermie.
(*) Revista Hablemos de cine nº 61-62 / Set, oct . , nov., diciembre 1971.
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