Dentro del gènero fantàstico, David Cronenberg fue considerado uno de los puntales en los años 70 al utilizar el cuerpo humano como elemento destructible , ya sea a nivel corporal o psicològico, pauta narrativa que se repite en la que podrìamos denominar su segunda etapa: Los años 80, comenzada con "Scanners, mentes destructoras", pelìcula que plantea la lucha del bien y el mal, representada por el conflicto de los hermanos telekinesicos Cameron Vale (Stephen Lack) y Darryl Revok (Michael Ironside) quienes disputan sus identidades y poderes.
Izq: Michael Ironside (Scanner destructor)
Hasta aquì podrìa parecer la tìpica historia del choque entre 2 polos opuestos que se rechazan pero que no dejan de sentir asombro y fascinaciòn por el otro. Sin embargo, el director demuestra habilidad a nivel visual y manipula el inconciente del espectador al sugerir, en la secuencia final, una suerte de paràbola religiosa que se trasluce en la afirmaciòn de crear una nueva humanidad y/o "salvador " que regirà el mundo, pero no de manera beneficiosa sino destructiva , a lo cual cuando Darryl-Caìn de manera demonìaca "tienta" a Cameron-Abel con la dominaciòn mundial. Este, rechaza la opciòn con una actitud a lo "corazòn de Jesùs": De pie, altivo, con las manos extendidas y sangrantes en medio de la habitaciòn que arde como un infierno.
Podrìa correrse el riesgo de etiquetarla de truculenta y sòrdida, ¿Pero por què tenerle miedo a esos cliches? Lo interesante del asunto es que no vemos una agresiòn gratuita que surge como respuesta a estìmulos tipo "Rambo" (First Blood,1982), sino como resultado de una serie de mecanismos argumentales provocadores de angustia en la audiencia y que son permisibles en el gènero. La manufactura tècnica destaca en la fotografìa de Frank Irwin, solvente y eficaz, y en el guiòn de Cronenberg que, aunque tradicional en su estructura , explora nuestro lado perverso, malèfico, valièndose de efectivos trucos que forman parte de la progresiòn dramàtica y no se reposa en ellos, pues su apariciòn es dosificada hasta llegar al clìmax aterrorizante de la lucha final.
La mujer tiene una presencia un tanto dèbil, la "Scanner" Kim Obriest (Jennifer O`neil) no es la heroìna, ella solò colabora, ayuda, alienta. En los crèditos aparece como actriz principal pero en la pelìcula es secundaria. Pese a sonar muy subjetivo, ella representa a la "Nueva Maternidad" de una generaciòn supra-normal , dando al pùblico una satisfacciòn tranquilizante y esperanzadora en la imagen de este "Especial Mesìas" llamado: Cameron.
(*) Las fotos han sido tomadas de www.Dimensiònfantàstica.blogspot.com
Hasta aquì podrìa parecer la tìpica historia del choque entre 2 polos opuestos que se rechazan pero que no dejan de sentir asombro y fascinaciòn por el otro. Sin embargo, el director demuestra habilidad a nivel visual y manipula el inconciente del espectador al sugerir, en la secuencia final, una suerte de paràbola religiosa que se trasluce en la afirmaciòn de crear una nueva humanidad y/o "salvador " que regirà el mundo, pero no de manera beneficiosa sino destructiva , a lo cual cuando Darryl-Caìn de manera demonìaca "tienta" a Cameron-Abel con la dominaciòn mundial. Este, rechaza la opciòn con una actitud a lo "corazòn de Jesùs": De pie, altivo, con las manos extendidas y sangrantes en medio de la habitaciòn que arde como un infierno.
Darryl el Scanner
El montaje paralelo enfatiza cada comportamiento y contribuye a comparar y diferencias a los dos bandos de mentes, que defienden con argucias sus intereses. Uno de los personajes secundarios , y quizàs el mejor moldeado al asumir una frìa crueldad , es el Dr Paul Ruth (Patrick McGoohan) quien con su apariencia intelectual y de hombre de mundo (un poco a lo "Canibal "Lecter de "El silencio de los Inocentes") despierta lo negativo y el "descontrol de los instintos" de sus allegados. Simbolìcamente , actua como el padre de estos seres especiales pues conoce su origen y los forma como tales. Sin tener el poder de ellos, manifiesta una personalidad fuerte, enèrgica y manipuladora. Bastan unos primeros planos para sentir la seguridad de su palabra y paternalismo convencido.
El montaje paralelo enfatiza cada comportamiento y contribuye a comparar y diferencias a los dos bandos de mentes, que defienden con argucias sus intereses. Uno de los personajes secundarios , y quizàs el mejor moldeado al asumir una frìa crueldad , es el Dr Paul Ruth (Patrick McGoohan) quien con su apariencia intelectual y de hombre de mundo (un poco a lo "Canibal "Lecter de "El silencio de los Inocentes") despierta lo negativo y el "descontrol de los instintos" de sus allegados. Simbolìcamente , actua como el padre de estos seres especiales pues conoce su origen y los forma como tales. Sin tener el poder de ellos, manifiesta una personalidad fuerte, enèrgica y manipuladora. Bastan unos primeros planos para sentir la seguridad de su palabra y paternalismo convencido.
La cabeza que explota al iniciò.
Esta imagen de Dr Frankenstein , hacedor de la "Nueva Raza" pudo correr el riesgo de perderse y dejar paso al enfrentamiento mencionado lìneas arriba, pero su presencia es contundente y conductora. La tensiòn provocada va "in crescendo" y es equilibrada con situaciones de calma , que son pocas a pesar del uso de exteriores, que , en teorìa , deben darle "aire" al espectador porque la càmara nos ubica en lugares cerrados y nos hace participes de la acciòn y la violencia explosiva de la carne , como el encuadre del cràneo que estalla en mil pedazos. Escena directa, cruda , y sin una càmara lenta que nos distancie, con el fin de meternos en esa hiper-realidad de sangre rojisìma y ojos blancos desorbitados.
Esta imagen de Dr Frankenstein , hacedor de la "Nueva Raza" pudo correr el riesgo de perderse y dejar paso al enfrentamiento mencionado lìneas arriba, pero su presencia es contundente y conductora. La tensiòn provocada va "in crescendo" y es equilibrada con situaciones de calma , que son pocas a pesar del uso de exteriores, que , en teorìa , deben darle "aire" al espectador porque la càmara nos ubica en lugares cerrados y nos hace participes de la acciòn y la violencia explosiva de la carne , como el encuadre del cràneo que estalla en mil pedazos. Escena directa, cruda , y sin una càmara lenta que nos distancie, con el fin de meternos en esa hiper-realidad de sangre rojisìma y ojos blancos desorbitados.
Podrìa correrse el riesgo de etiquetarla de truculenta y sòrdida, ¿Pero por què tenerle miedo a esos cliches? Lo interesante del asunto es que no vemos una agresiòn gratuita que surge como respuesta a estìmulos tipo "Rambo" (First Blood,1982), sino como resultado de una serie de mecanismos argumentales provocadores de angustia en la audiencia y que son permisibles en el gènero. La manufactura tècnica destaca en la fotografìa de Frank Irwin, solvente y eficaz, y en el guiòn de Cronenberg que, aunque tradicional en su estructura , explora nuestro lado perverso, malèfico, valièndose de efectivos trucos que forman parte de la progresiòn dramàtica y no se reposa en ellos, pues su apariciòn es dosificada hasta llegar al clìmax aterrorizante de la lucha final.
La mujer tiene una presencia un tanto dèbil, la "Scanner" Kim Obriest (Jennifer O`neil) no es la heroìna, ella solò colabora, ayuda, alienta. En los crèditos aparece como actriz principal pero en la pelìcula es secundaria. Pese a sonar muy subjetivo, ella representa a la "Nueva Maternidad" de una generaciòn supra-normal , dando al pùblico una satisfacciòn tranquilizante y esperanzadora en la imagen de este "Especial Mesìas" llamado: Cameron.
(*) Las fotos han sido tomadas de www.Dimensiònfantàstica.blogspot.com
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